Los clientes a los que se dirigen los servicios de Letras Líquidas pueden ser empresas editoriales que no cuenten con un área digital establecida o que, de tenerla, sea deficiente; instancias de cultura que tengan acervos bibliográficos que requieran reedición y digitalización; organismos gubernamentales y de educación que tengan la necesidad de publicar en ambos formatos; y, por supuesto, clientes que cuenten con los recursos económicos para invertir en sus proyectos personales.
La flexibilidad es importante para lo que se pretende. Cada cliente es diferente al otro, por lo tanto, cada proyecto tendrá características específicas, de modo que es necesario abordarlo de forma individual y atender a las necesidades de quien contrata el servicio. Por supuesto que, entre las atribuciones del sello, se tiene la capacidad de asesorar y orientar para una mejor decisión que repercuta en un producto de calidad que beneficie a los lectores y a las instituciones que generan el contenido.